jueves, 18 de mayo de 2017



¡VIVA + JESUS!

Al cumplirse 100 años de las apariciones de la Santísima Virgen en Fátima, los Niños Eucarísticos Adoradores del Santísimo Sacramento queremos unirnos en espíritu a todas las festividades que se hacen en el mundo entero en honor de la Virgen Santísima. También los jóvenes, las damas y los ancianos Adoradores Eucarísticos del Santísimo Sacramento nos uniremos a todas las oraciones que se harán en el mundo entero. 

EL ANGEL DE LA PAZ


Un año antes de estos maravillosos acontecimientos, el Ángel de la Paz se manifestó a los tres pastorcitos: Lucía Santos, Jacinta y Francisco Marto con estas palabras: "No teman, les dijo, soy el Ángel de la Paz. Recen conmigo". Y arrodillándose en la tierra dobló la frente hasta el suelo y les hizo repetir por tres veces seguidas estas palabras:

"Dios mío, yo creo en Ti, te adoro, espero en Tí y te amo. Te pido perdón por los que no creen en Tí, no te adoran, no esperan en Tí y no te aman".

Después levantándose les dijo: "Recen así. Los Corazones de Jesús y de María están atentos a las voces de vuestras súplicas". 

Queridos niños, jóvenes, adultos y ancianos todos los que se han comprometido a rezar esta oración, también a todos nosotros nos dice el Ángel que Jesús y María están atentos a nuestras súplicas. Esperando además que le devolvamos amor por amor, y hagamos reparación viviendo cristianamente y con espíritu de adoración y de misericordiosa caridad. 

Estando un día Santa Margarita María de Alacoque en presencia del Santísimo Sacramento recibió una gracia muy particular, narrándolo así: "Hallándome inundada con esta suave presencia y con tan poderoso atractivo que ni me acordaba de mí ni del lugar en que estaba, me dejé llevar del Espíritu divino y solté las alas de mi corazón a la fuerza de su amor.

"El Señor me tuvo descansando largo tiempo en su divino pecho, y me mostró las finezas de su amor y los inefables secretos de su Corazón que hasta entonces me había tenido oculto.

"Mi divino Corazón, me dijo, está tan amartelado de amor por los hombres y por tí en particular, que no pudiendo ya contener en sí las llamas de su ardorosa caridad, es fuerza que por tu medio las derrame y que le sean a ellos manifiesta para enriquecerlos con los preciosos tesoros que te descubre, los cuales encierran las gracias saludables de santificación necesarias para apartarlos del abismo de su ruina".

Es precisamente, adoradores todos, en este Corazón viviente que tiene su trono de Amor y Misericordia que es la Eucaristía, que es donde encontraremos la fuerza espiritual y sobrenatural para manifestar al mundo su Amor infinito, Amor que además, espera ser reparado y consolado por tantos pecados e indignidades que se cometen diariamente. 

Que nuestro homenaje de adoración, en unión a María Santísma bajo la bendita advocación de Fátima, le sea dado eternamente, y le pedimos a su Corazón Eucarístico nos haga ser testimonios vivos de adoración, adorando su presencia REAL y EUCARISTICA en medio de nosotros, como adorando su voluntad divina y acatando sus designios tan sabios, y practicando cristiana caridad con nuestros prójimo.

  1. DIOS SEA BENDITO